martes, 28 de febrero de 2023

 

Mesa espeso estrella

¿cometa? ¿Cometa? Estoy muy bien ¿Comes ta?

Sí, en la mesa, donde tomo café. ¿Espeso? Sí, es peso,

Y también es volumen y vacío y aire. Y con cada trago te energizas,

Envías señales a los retenedores de tu vitalidad (esas celules que se

Comprometen a salvaguardarse y contenerse en un precioso contrato con

Sus respectivas membranas) y te energizas? Sí, te energizas, y millones

De fenómenos en la inexistencia del tiempo se dan, el volver de un cometa,

La explosión del universo, una respiración, una palpitación. Y todo, lo pequeño

Y lo grande parece inmenso. Silencioso y majestuoso.

Cuando conecto con ese sentimiento me da igual morirme. Lo llamo vértigo existencial. Para algunos es la ruina espiritual, una penetración impía en la

Desesperación y desesperanza. Y cuantas más palabras más te alejas

Del fatigoso silencio. Exacto. Pero transitada la bruma todo se vuelve vertiginoso.
Y hermoso. Exacto. Y pasional. Infinitamente. Todo infinitamente bello, porque es

Un sentimiento que te vuelca y te rodea como la nata montándose por una bella lozana que tiene las mejillas rosadas. En ese punto puedo llorar. Sin motivo, simplemente por contemplación. Porque la existencia, la no existencia, lo

Importante, lo insignificante, todo se cierra como un círculo perfecto y no hace falta nada. NADA. Que extraño protagonismo este de estar aquí, de ser este yo,

De contener esta energía de portar este motor estas ganas de vivir, que fortuito,

Que bellamente azaroso. Noto como una energía compactándose en el centro,

De allí, de esa fortaleza tantos años manida surgieron todas las producciones férreas de mi vida, toda la poesía, toda la pasión, todo el amor. Antes todo era carcoma, no verte compactado te daba miedo. Sí, cierto, pero ahora da vértigo la inexactitud, la parcialización de mi mismo, la elementalización del trascurrir, porque yo me disuelvo como una ola en una orilla, y grajeo como el agua entre las piedrecillas, y todos nos abundamos en ese nada. ¿Pero es vacío? No es vacío. Porque la muerte es el cuenco de la vida, porque nada acaba salvo el espejismo de la finitud, salvo el maquetado relato de comienzo desarrollo y fin. Saca la cabeza, sumérgete para no ahogarte más, bucea con suavidad, levanta la mirada, vuela alto pero con cautela, ten la mirada altiva, la fortaleza con discreción y las palabras justas. Adiós compañero.


(con palabras clave 28 febrero conersacion con alejandra)