El pecho de amaranto
despliega serenas respiraciones.
El mundo es agrio y tosco
-y nos separa una extensa
vidriera verde-.
La rendición no es posible
porque todo tiene sentido
aunque
se pierda.
Me uno y me compacto
en ese círculo irradiante
del pecho.
25-10-23
(Ejercicio de meditación. Yo tengo, yo soy, yo puedo)