Meros y tenues sollozos,
leve queja subterránea,
ligera saliva al tragar.
como un caracol.
una imparable congoja.
Sollozos
que se hacen ver sutilmente
en un fondo sin testigo,
donde lo material
se desvanece un instante,
o coexiste
con una mirada al infinito
y con la oficinista
que te habla apasionadamente
de lo mundano.
Ese instante súbito
de hacerte testigo del tiempo,
esa ácida nostalgia repentina...
Esa necesidad de apreciar
lo efímero
lo caduco
Y ese atrevimiento...
de despertar la angustia
al contemplar
lo que amas.
9-8-4
(recopilando mis objetos para una mudanza)
(días antes soñé que recogía mis agendas)