viernes, 30 de diciembre de 2016

La anécdota de vivir

Se esfuma el ritmo, la música
y solo se queda un lento silencio 
que descompasa. 

Los más oscuros secretos 
vuelan constantes, 
densan la frente
y te dejan sin palabras. 

Para que los sentidos vuelvan a encontrar sus pautas
primero han de recogerse,
permitirte vivir mutilado. 
Sin saber qué miras,
sin sentir el dolor del otro, 
sin amar 
nada
que no esté apunto de morir. 

Detrás del grito no siempre hay un golpe. 

Puede temerse franquear aquello que no es en absoluto doloroso. 
Pues en el oscuro y siniestro bucle de subsistir evitando
es donde se muere.

Morir

Un fenómeno atemporal, 
externo a mis neuronas, 
a mi historia narrativa,
un suceso efímero que ya ocurrió
mientras aun transcurre el antes. 

El vértigo de existir
consiste en percibir el ciclo repetido,
en renacer cada mañana 
recordando la anécdota de estar


30/12/16



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