lunes, 3 de junio de 2024

Arropada en sí misma


 









Juguetes que presumen su inocencia.

Movimientos sutiles que saltan por el pecho.

Un escenario de quietud y de esparcimiento.

 

Los monstruos se acallan y duermen plácidos,

embadurnando el cielo con el tierno sueño de un bebé.

 

Anaranjados son los horizontes

y rosácea es la neblina que los permite,

y claro es el ojo que lo observa,

y despejada es la consciencia y su sonrisa.

 

Un baile puede ser un contoneo sutil,

aunque en el pecho galopen las sensaciones

y las escenas imaginadas.

 

Hay momentos en que se escapa

(entre los optimistas dedos):

el tenue son de lo vivo;

el ritmo y el ciclo de respirar;

el amago de la consciencia

que se arropa en sí misma.

 

3-6-24




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