viernes, 19 de junio de 2015

De ningún lado

Todos quiere crear su relato.
Se ve que yo no sigo un hilo narrativo,
porque a veces creo estar en ningún lado.
A la vez, estando en ningún lado también me permito
poner en contexto cualquier acción;
un llanto puede ser un capricho,
una amenaza un último recurso inútil.
Todo está marcado por objetivos arbitrarios,
aunque normalizados, derivados de la más primaria estrategia
por poder contarlo.
Desde ningún lado no hay nada legítimo ni legitimado,
todo el mundo carga cuencos vacíos en las manos.
Podría caer rendido ante el más exasperante grito,
el más romántico reclamo.
Pero ahí te quedas, en ese lugar de ningún lado
donde no hay nada en juego,
donde no hay reglas y todo amago de autenticidad
se diluye en estratagemas.
En ese lugar las pasiones acechan,
las oportunidades perdidas se volatilizan,
cuando alguienq ue fracasó te encuentra, automáticamente,
conecta con ese lugar;
sin prejuicios, sin miedos, sin planes, sin marcos.
Lo adecuado, te dicen, es no ser dictado,
no seguir las condiciones, no someterse.
Y aquí en ningún lado
todo da igual, y lo más importante es concebir el sentido
sin reglas, captar los rasgos en profundidad,
destilar conceptos y morir de vida.
Pero uno tiene miedo de perderse
esa verdad externa ante la que
algunas espadas se derriten.
Y créeme,
no dejan impasibles los llanos de amor,
las herméticas complicidades,
créeme quelos velatoris me ciernene de polvo gris.
Pero es eso, polvo
intemporal,
y la luz,
una imagen creada en tu mente,
una perpetuidad artificial.
El preluto quizás es miedo a arriesgarse por una verdad,
o quizás un paulatino aprendizaje por saber estar
de donde no puedes salir;
de ningún lado.

Junio 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario