domingo, 23 de septiembre de 2018

No quiero urgencia del tiempo

24 de Septiembre de 2018.

El tiempo tiene una conducción demasiado veloz. Es audaz, fibroso, efímero y vertiginoso. Tal es así que a veces inflama en mi, como una protuberancia en mi mente, el deseo de querer asir todo lo venidero, de llevar a cabo y realizar eso que siempre requiere pequeños pasos, esfuerzos sometidos peldaño a peldaño. La prisa a veces me corroe, se activa y me engarrota, engarrotando mi atención obsesionándome con mis objetivos, despuestos compresivamente en mi lista de tareas por hacer. Me aisla, me asfixia, me deja sin conducción, sin espontaneidad, sin fluidez. Gestionar mis diligencias bajo la dominancia de la urgencia del tiempo es, por mucho que a veces se refuerce, una dinámica que no quiero que me represente.

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