Lo que sentí cuando baile un día cualquiera
sin la distracción del lenguaje:
La gente se arrojo a moverse,
cedidos ante un despresurizado código sin norma.
Bailaban en esa situación particular,
ante miradas particulares, en cada segundo particular.
A pesar de ello, el movimiento, los ojos, el brillo de la pausa;
todos lo practicaban con la desbloqueada planificacion de mostrar
sus mas tiernos anhelos,
sus nostalgias,
sus deseos e
ímpetus.
Podíamos hacerlo.
Era un viaje particular,
pero inmensa y discretamente anónimo;
lo cual lo convirtió en una danza universalmente libre.
No era caos,
era armonico y traslucido
como un sueño despierto plasmado en la arena.
1-10-18 (tras ecstaticdance)
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