viernes, 30 de noviembre de 2018

Consentir el nunca

Como una estrella desprendida del cielo,
atraviesas (esfumándote)
las siervas y condenadas ilusiones
que se mecen sobre algas flotantes
(vociferando con sus manos grises)
que intentan agarrar su propia vista.

Te esfumas porque no estás.
Porque no te fuiste. Ni tampoco llegaste,
a los muros desesperados
de la verdad siempre inconfiable,
de la seguridad plastificada.

Porque estar nunca es llegar,
porque llegar nunca es poder tener,
porque conectar nunca es ceder a la suspensión
del ligero sopor
de nunca estar seguro.

- los monstruos pueden ser pequeños-

28-11-18

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