jueves, 25 de julio de 2024

Ese resquicio

 El infinito vaga en el espacio también infinito

y yo me pregunto:

¿Es la tragedia algo que la vida debe asir y soportar?


¿No es detrás de la tragedia donde se encuentra el resquicio?

Ese resquicio que te abre a un remanso de paz,

que siempre estuvo, que nunca se fue.


Ese resquicio que insufla energía al despertar matutino,

que abre ávido tu ojo para agarrar lo que tienes,

que te permite zambullirte en lo que amas,

acariciándolo con ánimo vespertino,

pero también, anticipando su finitud.


La degradación de la luz que tiende a lo oscuro.


Temblad sibilinas manos endebles

manteneos titubeantes 

en esa orilla hacia la nada. 


12-12-23

El comandante no está en su barco

 El mundo es un lugar de hermosas tragedias,

de historias situadas

en el infinito de este instante. 


Los segundos pasan sinuosos,

al son del respirar de una ballena.


El tiempo pide clemencia a este instante.

El tiempo pide clemencia a estar vivo. 


Destruir un átomo es destruir el ojo de un final,

consentir el nunca y el vacío,

es dejar de buscar un abrazo hacia delante,

contenerse en la limadura previa a la tragedia,

extender demasiado un susurro,

acceder incondicionalmente al silencio severo,

dejar que la expectación a la vida, y la tragedia,

te pase de soslayo,

como un comandante que otea el horizonte,

que ata sus zapatos y

que permite el centelleo aleatorio del cielo.


Porque el comandante no está en su barco,

está surcando un espíritu de colores y espuma.


Él está lleno de vacío, pero sin acceso a ningún dolor. 





25-8-23

Puño en mi pecho

 Dragón que viene a posar 

su puño en mi pecho.

Un chasquido gélido 

que se suele colar 

en los sueños marinos.


Existe el sí y el no,

la proa y la popa. 


El dragón levanta ingrávido su párpado,

su mirada petrifica el alma,

paraliza la luz y su corriente,

secuestra transitoriamente los anhelos.

Ese dragón se traslada

como un misterioso emisario

de un fondo 

que nunca se acaba.


Ahí el eco retumba en el infinito

llevando a cabo su glacial cortejo 

con el silencio. 


Ojo que se abre, ojo que se cierra,

puño que en mi pecho dispersa una energía

que se diluye como el agua

al romperse en una presa. 


Me da un sí y un no,

me da un sino,

un recuerdo de la subyacente tragedia

que nunca se olvida,

pero que vela 

detrás la cortina

y del tiempo que discurre por su tela. 





21-1-24

El silencio colapsa el silencio

 Monstruos furiosos 

que campan a sus anchas tras el velo del misterio. 


Unos ojos se posan nítidos y punzantes en mí,

colmillos de una tenue luz azul y un discreto claroscuro

¿Qué haces aquí? ¿Qué preguntas?


Vehemente es su voz, profunda su mirada, aséptica, 

pero ligeramente tenebrosa; trémulamente tenebrosa. 


Los graznidos salen de mi pecho como cuervos despavoridos 

que abandonan la cubierta de mi seguridad

¡Qué de erráticas sensaciones, qué de hastío, qué de vértigo, qué congoja!


El tiempo, de nuevo, se concentra 

en un chasquido.

El silencio 

colapsa al silencio. 


fecha desconocida (en 2024)