jueves, 25 de julio de 2024

Puño en mi pecho

 Dragón que viene a posar 

su puño en mi pecho.

Un chasquido gélido 

que se suele colar 

en los sueños marinos.


Existe el sí y el no,

la proa y la popa. 


El dragón levanta ingrávido su párpado,

su mirada petrifica el alma,

paraliza la luz y su corriente,

secuestra transitoriamente los anhelos.

Ese dragón se traslada

como un misterioso emisario

de un fondo 

que nunca se acaba.


Ahí el eco retumba en el infinito

llevando a cabo su glacial cortejo 

con el silencio. 


Ojo que se abre, ojo que se cierra,

puño que en mi pecho dispersa una energía

que se diluye como el agua

al romperse en una presa. 


Me da un sí y un no,

me da un sino,

un recuerdo de la subyacente tragedia

que nunca se olvida,

pero que vela 

detrás la cortina

y del tiempo que discurre por su tela. 





21-1-24

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