miércoles, 6 de marzo de 2013

Ese extraño


Tener dentro de mí un extraño, 
sentir su piel acartonada aislada de la intencionalidad 
de mis terminaciones nerviosas.
Intuir su contrapuesto objetivo al mío, 
sentir sus dedos por la columna vertebral. 
Más inquietante aún es no saber donde se haya escondido. 
Saber que algo entre tú y el mundo se encuentra dislocado,
intuir por telegrama que ese extraño es el responsable. 
Descubrir que comprime la fuente de aquellas formas 
que me componen a como lo que soy.
Exhala el placer, la producción de ideas, el razonamiento, 
mi energía en general. 
Elimina la dimensión subjetiva de mi reflejo en el espejo. 
Me hace sentir a mí también extraño, convierte cada protocolo
en una extranjera angustia, 
lejana pero invasiva y silente.
No me deja recursos para expresarlo a sí mismo; 
no puedo describir la sensación de axfisia y terror 
que germina entre él y yo, o detrás de él, o en mí mismo.

6-3-13

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