Lo
que me genera frustración es poder sentir o querer hablar de cosas
contigo,
pero que hablar de ello se haga inviable y que ese sentimiento al final
se pase y acabe
por no dar importancia a aquello que se acompañó de varias punzadas.
por no dar importancia a aquello que se acompañó de varias punzadas.
En
este momento, esto hace que nuestro vínculo distal se torne más como
una ilusión,
porque
a efectos prácticas cuesta mucho sentir la proximidad a miles de
kilómetros.
Cuando
sé que quiero hablar contigo, y estas indispuesta, me frustro.
Al
final siempre evito transmitirte esto. Me cuesta expresar esto porque
me hace sentir
indefenso
e inseguro. Quizás nuestras experiencias pasadas han influido en
esto,
por
aquellas veces en las que no llegamos a arroparnos.
Ahora
he hecho cambios y esfuerzos consistentes para saber, que al margen
de esa
tendencia
mia al desapego, tú estás ahí.
Pero
es cierto, ahora mismo me siento un poco indefenso, recogido, y
podría decir, desapegado.
Hasta
me cuesta coger el blog y transmitirte esto, debido a que una parte
de mí lo percibe
como
algo inútil.
Ya
la distancia es abismal y no siempre consigo ser positivo.
En verdad,
no tengo el objetivo de ser siempre positivo.
no tengo el objetivo de ser siempre positivo.
Tú
siempre estás aparentemente estable, ecuánime, clara, parece que no
“necesitas” nada.
¿Lo
admiro?. Sí.
Pero
se me ha hecho a veces difícil de creer, porque en mi universo eso
es algo difícil
y
uno extrapola y proyecta según la manera en la que percibe a través de sí mismo.
Esto es así hasta el punto de que si te noto ausente,
Esto es así hasta el punto de que si te noto ausente,
si
percibo señales de distancia, una parte de mi empieza a creer y
confirmar la teoría de que no todo
es
tan estable y bueno como lo maquillas. Eso sucede porque en el fondo
me es difícil creer
que
esa versión de nosotros sea así de positiva. Es entonces cuando desrealizo lo
nuestro,
desnarro nuestra historia.
desnarro nuestra historia.
Lo
hago porque todo es sencillo, fácil y no requiere elaboración.
Y
también porque esa ausencia de elaboración en el pasado solo nos
conduzco
al
neuroticismo y a estar preparados para los avatares de nuestra
inestabilidad.
¿Podemos
estar demasiado bien?
Sí, necesito hablar, necesito tu oxígeno eventual, necesito tu arropo,
tu
calma, y no siempre y solamente tu compresión o la señal de que
todo va bien.
No
quiero etiquetas, ni juicios ni castigos de omisión.
Solo
quiero trasmitirte esta idea acompaña de una petición.
La
idea es que detrás de lo sublime y los “presumibles (en ambos
sentidos)” valores de nuestra relación
también
hay fragilidad, crecimiento imperfecto y dolor.
Y
la petición, esa es la misma que tú me hiciste hace unos meses
y
que me engarrotó el corazón cuando la hiciste.
Quiero
que me cuides, yo también lo necesito.
Quiero
que me cuides, que me arropes cuando lo necesito.
Quiero
tu abrazo cuando esté solo, quiero tu suspiro cuando tenga miedo,
quiero
tu ánimo cuando esté pesimista. Y no quiero este dolor “irracional”
porque
quiero sentir que tú también me apoyas y que me estimulas para
que
haga lo que se me da bien, que me animes a escribir si te digo que no
valgo
quiero
que leas mis poemas si te los mando, no quiero que lo delegues
como
si no se tratara de mi diamante bruto.
Quiero
que saques el tema si te digo que algo es importante.
Quiero
que también tengas inquietud por mirar dentro y comprobar si todo
está bien.
¿Qué
necesito? ¿Qué me falta? ¿Qué se ha deteriorado? ¿Por qué estoy
así estos días?
¿Qué
debo cambiar para levantarme?.. Nunca te he pedido algo así, supongo
que me limito
a
rotar entre “ser el fuerte” o “ser la víctima”.
No
me gusta y me insatisface que en tu mente solo pueda ser un neurótico
al
que le dan bajones eventuales que amenazan con romper el idilio perfecto.
Por
eso quiero decirte
que
antes que tú y yo,
y
antes que ese chico que te gusta
prefiero
ser ese neurótico que quiere apoyo y comprensión.
Ambos,
tú y yo, hemos sufrido la falta de comprensión
no
me gusta pensar que estás en un bienestar flotante que niega que ese
hilo de comprensión
requiere
renovación constante. No me gusta pensar que no necesitas esa
actualizción,
y
no me gusta pensar que no entiendes que ese ideal y ese estado de
bienestar flotante, puede
suprimir
la atención a las aguas profundas y es lo que pone en riesgo que el
dolor que diverge se convierta en ruptura o en un agrio conflicto.
Aunque sé que también son hermosas las aguas superficiales.
Aunque sé que también son hermosas las aguas superficiales.
Aun
así necesito que entiendas que para mí no todo está hecho y nunca
va a estar todo hecho.
Si
no aceptas esa premisa, no la entiendes, o la olvidas
entonces
todo esto, en algún momento, dejará de tener sentido.
Te
digo esto porque soy un adulto, pero también un niño,
porque
soy un hombre firme en sus principios
pero
también un crio confuso.
Porque
disfruto y también sufro.
Y
porque no hay ninguna parte de mí que esté por encima de la otra
y
porque no tengo por motivo desarrollar un paraíso terrenal.
Y
muchos menos,
lo
que no quiero contigo,
es
sentir que quiero ocultarme, tener miedo de ser juzgado,
de
expresarme porque no llegues a entenderme y que te apabulles.
Lo
que te estoy diciendo no es un disparate,
es
lo que todo el mundo necesita, que su dolor sea escuchado,
que
sus peticiones más álgidas, y puede que aparentemente infantiles, sean
respetadas.
Porque
ese es uno de los ingredientes del afecto.
Y
sabes qué, esa parte es mucho más nuclear en mí que mis chistes
malos
o
mis mensajes al whatssap de dos lineas (¿qué tal el dia? ¿Ha
llovido mucho?).
Y
cuanto menos está formando parte de mi, porque la censuro o niego,
más
se convierte el dolor en sufrimiento y más rápido y desesperado intento correr
sobre el mismo círculo.
sobre el mismo círculo.
Nunca
voy a dejar que esa parte se aleje de mí,
ya
sonría,
llore
o
grite,
vea
el mundo negro
o
blanco.
Porque
es fuego,
fuego
abrasador
y
a la vez pasión.
Y
si no vas a dejar que este discurso, que el tuyo, que los dulces ojos
sensibles y vírgenes
de
esa parte, forme parte de nosotros, entonces seremos una pieza de un
puzzle aislada
que
se cree entera, un fuego al que el viento lo rebasa y que acabará
por extinguirse.
Esto
no es una amenaza, es una declaración de alguién que quiere estar
vivo,
de
una pareja que quiere conexión auténtica y real, y que quiere
preservar en renovarse.
Las
primeras células, hace miles de millones de años empezaron a
desarrollar sensibilidad
a
la luz, la selección natural hizo prosperar a éstas porque las que
eran capaces de percibir
la
luz se posicionaban en las condiciones más óptimas que favorecieran
su evolución, el resto,
se
extinguieron o se quedaron en un escaño inferior sin desarrollarse más.
Mi
declaración es una premisa: todo cambia.
Y
esto, también es poesía.
8/11/16
No hay comentarios:
Publicar un comentario