martes, 27 de junio de 2017

Dejar que te mate

A veces hago viajes espirituales
de odio.
Todo ruido advenido se convierte en dolor.
Las extremidades se aflojan.
La creatividad asusta.
Las conclusiones acuchillan.
La fuerza se duerme.
Y todo recurso y habilidad
desaparece.

Solo me apetece aislarme en mi nicho,
porque hasta los comentarios que escucho desde la ventana
parecen pedirme socorro o anticiparme al trauma.

Cuando finalmente me quedo solo y hermetizado,
esperando que todo pase,
una congoja viscosa de raíces anestesiadas
me recubre,
me deja expuesto y tumbado sobre
una horrenda inflamación.

Cuando todo proceso duele,
y todo recuerda a un circo de espanto.

Solo queda detenerse
Y dejar permisivo
que la ola te arrolle y te mate.


                               27 de Junio 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario