sábado, 3 de marzo de 2018

La luz no tiene ambagres



Engarzada la tráquea por
tumultos extendidos
desde los pesados párpados.

El tiempo inasible y diluido
y el pecho oxidado por la ocupación.

El día es una reiteración sin lamento,
intempestivo e impasible
como el ecuánime desprendimiento
de la piel de las serpientes.

No hay ambages para la luz.

Y aunque tus corrosivos recuerdos
o las ruinas de otros similares embates
te asedien,
la luz no tiene ambages.

Respira, vira y mira,
más allá de los ciclos arcaicos
y sus ecos,
más allá del constante y sufrido
ímpetu
por lograr
lo que ya está hecho.
                                             
                                          (Deja algo de energía para el cuidado)

1 de Marzo de 2018.

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