viernes, 20 de septiembre de 2024

PADRE - desapegada presencia, apegada ausencia-

inspirado con: 




Padre.

Tú, que estás ausente,

que ahí permaneces. Intocable.

Una contrafigura.

Una desapegada presencia.

Una apegada ausencia.

.

Hay algo que aún me evocas;

una agria y a la vez dulce nostalgia.

De quizá algo que vi en ti…

Un potencial de amor, una ternura inocente

a pesar de que se cubriera de aspereza y agresión (    .........    )  eventual.

 

Tú, que no pudiste llegar a ti, A TI MISMO.

Podías solo verte a través de los ojos inalcanzables del otro,

a través del amor nunca alcanzado de ti mismo.

Y por eso tampoco podías amar.


Tú,

Que no pudiste llegar a ti,

que te ahogaste en el camino,

que te momificaste en una actitud tosca, inmadura y bruta.

No puedo evitar pensar en la ternura que a veces veía en ti…(piesitos).

No puedo evitar pensar en la ternura que veía en ti (José Miguel me lo dijo, eras un hombre bueno y tierno. Según él)

una fragilidad a veces mostrada, que pretendías que fuera comprendida,

pero que no podía ser comprendida.

La vida no te dio esa opción, creo que desde la infancia.

Creo que no tuviste más remedio que convertirte en alguien evitativo.

En un enterrador de emociones, de valentías, de relevancias...

Y la tendencia evitativa te llevó al consumo etílico.

Y ahí fuiste momia. Y ahí fuiste. Y ahí congelaste el tiempo.

Congelaste el corazón, porque siempre estuvo pendiente de ese abrazo.

 

Y digo que fuiste,


Pero eres. Porque vives.

 .

Eres momia y estás congelado.

Como una leyenda que fulgura fuego entre la nieve.

Como las ranas que se congelan durante el invierno,

a pesar de…  que sus aletargados órganos se mantengan vivos durante meses

        (sumidos en la espera).

¿Por qué vives?

Que alivio que no fuera así.     Pienso a veces.

Pero apareces.

Desapegada presencia

Apegada ausencia

Apareces en lo sueños,

llevando al extremo la atrocidad para que pueda ver tu ternura.

Siempre mostrando tu ternura sin mostrarte a ti, sin exponerte a sufrir el hecho de que  TÚ PORTAS LA TERNURA. ¡Tú eres el único portador de esa ternura!

...

Aparecen tus conductas destructivas,

Ahora mimetizadas en mi.

En mi escapismo, mi capacidad inmanente de destrucción,

mi amor mal llevado,

de un portador mal llevado, mal amador.

Eres tú.

 

No puedo despedirme.

Me apenas.

Siento que en tu atrocidad y en tu aberrante forma

hay amor malformado,

autoenterramiento,

enterrado en el subsuelo, pero con una pequeña ventana que te oxigene,

que te de un mínimo de vida, de luz desapercibida (para un ojo ciego).

Como el que vive aun muerto, esperando algo…

…esperando ser visto,

esperando que le amen como nunca pudo amarse,

como no puede amarse por estar atrapado (así es) en si mismo.

 .

.

Es instintivo.

Es incoherente.

Es humano.

Es bello y hermoso.

Pero a veces………… siento 

                                            que 

                                                    te quiero.

.

Ya no es un mero raciocinio de que las experiencias adversas (nuestras experiencias. Tuyas y mías) me dieron fuerza y sabiduría (la inquietud que me fraguaron unas ganas incesantes por el conocimiento y la disconformidad. Y otros muchos más frutos).

No es un mero raciocinio,

aunque desde el raciocinio eres mi antípoda, o yo te localizo como tal.

Un ser vivo, con ojos ¡inerte! pero testigo de las sensaciones que pasan. Estupefacto. Como un bebé que abre los ojos por primera vez...

Inocente.

.

Cuando me pongo existencialista y pienso en este insignificante momento, en ahora,

                                                    ¡esto, aquí!

De alguna manera siento que el tiempo es espiral y que más allá de este espectáculo, esta paródica narrativa, algo nos une, algo nos dispersará en el cosmos, algo nos enlazará en el infinito

                                                    (más allá de los personajes que ostentamos).

Momia petrificada en su incapacidad, 

                                                arropada en sus fracasos.

El tuyo. Congelado corazón que se caldea en la ensoñación, en una esperanza que se alimenta en el nunca, en la soledad, en la nostalgia jamás superada.

No te vas.

Te mantienes.

Per    ma       ne          ces. . .

 

Desapegado al presente. Este presente que se imana a cada instante, que fluye y se escapa al mero momento de mencionarlo ¡Este!.

Apegado al pasado, que despierta la atrocidad, el dolor de lo vivido, el trauma de lo ocurrido, el anhelo de lo nunca ocurrido. La fantasía ostentada en la negación del daño.

Me contagias la momificación, que como una diáspora, se propaga en mis sueños. Incluso en mi piel.

Me contagias la congelación, que impasible, hace que mi corazón también fulgure, sin llegar a ningún lugar, recordándote, sin ser nunca tú. Sin tú ser nunca tú. Tu teléfono apagado en mi alma, tu teléfono encendido y desesperado de atención, alejado de todo con lo que tiene que ver mi vida. Tu teléfono clamando luz en la opacidad de una mirada indiferente... Absorto

.

Pero vuelvo tras tantos vaivenes, tantas palabras al uso, tanto raciocinio, tantos círculos en el pensamiento, tantos decoros atroces, tanto humor bárbaro.

Y noto esa rana vivir en el invierno. Y noto ese niño esperando que le nutran de seguridad y consuelo (, y a la vez yo). Ese niño, estupefacto por el ritmo de la vida y los sonidos incomprensibles que saturan sus oídos y las luces epilépticas que alienan su atención. Absolutamente pasivo. Un bebé camuflado en un adulto ordinario.

Te noto sentir, aunque no estés tú exactamente ahí. Te noto respirar, en la intención, en el potencial. Te noto amar, aun en el lecho, aun en la rendición, aun en la pausa de todo lo que no eres consciente.

 

¡Y me va el afán en despertar el amor donde hay tosquedad y martirio!

Donde hay víctimas en jaulas abiertas, verdugos lamentándose y pensamientos sin lenguaje,

…   Sumidos 

                en las burbujas 

                                   del alcohol.

                                   ..............ººººººººººººº...............

De alguna manera no te acompaño. Procuro no acompañarte.

Pero te me apareces en el exceso, la destrucción, la atrocidad, las pesadillas incomprensibles y los cuchillos que asustan, que me despiertan de súbito o me hacen reír (porque la atrocidad en el extremo se torna parodia, burla y humor). Y cuando me llevo a mi límite y mis monstruos dominan sobre mí, me viene una extenuante ternura, una empatía desde el estertor agonizante de una batalla no sentenciada ¡Y sus guerreros en vilo! Mirando el polvo ¡Guerreros abrazando la muerte y abrazando a sus enemigos!

.

Si aceptara mi amor por ti, mi pena por ti…

No tendría que convivir con tu esfuerzo (dentro de mi) por permanecer presente  a contracorriente de mi voluntad.


De alguna manera tengo la certeza de que eso 

                                                                       es  

                                                                           amor.

                                                Permitirlo.

Porque no me viene el alivio por mí, por instrumentalizar lo que supusiste, por calmarme. Tampoco………. tampoco como resultado de una empatía descarnada y desesperada que busque un perdón eximente, que busque librarte de la culpa de un dolor ocasionado. No es consuelo.

.

Esto es otra cosa. Va más allá. 

Es amor. Es ecuánime. Es incondicional. Liviano como el polvo, como el son de una galaxia nunca terminando de estallar...

Porque de verdad que siento. SIENTO y entonces NO SIENTO:

No siento esa burbuja, no siento ese espejismo, no siento ese brote de simbolismos y caricaturas, ni esa atrocidad burlesca,

no siento ese incesante lenguaje de perfectas y afinadas palabras,

no siento esa figura trastocada, anónima, carcomida... no siento esa frialdad estoica.

.

NO

.

.

Noto la pena y el amor de posar mi mano en ti. 

Compartir el candor.              Simplemente.

De algún modo.

Estar aquí.

Estar durante un mísero segundo contigo.

vivir,


y vivir con la serenidad de cicatrizar

                                              …nuestras 

                                                              comunes

                                                                         heridas

                                          21.9.24



viernes, 9 de agosto de 2024

Ese atrevimiento

 Meros y tenues sollozos,

leve queja subterránea,

ligera saliva al tragar.

                    como un caracol.

        una imparable congoja. 


Sollozos

que se hacen ver sutilmente

    en un fondo sin testigo,

donde lo material

se desvanece un instante,

o coexiste

con una mirada al infinito

y con la oficinista

que te habla apasionadamente

de lo mundano. 


Ese instante súbito

    de hacerte testigo del tiempo,

esa ácida nostalgia repentina...


Esa necesidad de apreciar

                        lo efímero    

                                       lo caduco


Y ese atrevimiento...

    de despertar la angustia

al contemplar

    lo que amas. 

                                                                    9-8-4

                                                                    (recopilando mis objetos para una mudanza)

                                                                    (días antes soñé que recogía mis agendas)


                                                                                                  



jueves, 25 de julio de 2024

Ese resquicio

 El infinito vaga en el espacio también infinito

y yo me pregunto:

¿Es la tragedia algo que la vida debe asir y soportar?


¿No es detrás de la tragedia donde se encuentra el resquicio?

Ese resquicio que te abre a un remanso de paz,

que siempre estuvo, que nunca se fue.


Ese resquicio que insufla energía al despertar matutino,

que abre ávido tu ojo para agarrar lo que tienes,

que te permite zambullirte en lo que amas,

acariciándolo con ánimo vespertino,

pero también, anticipando su finitud.


La degradación de la luz que tiende a lo oscuro.


Temblad sibilinas manos endebles

manteneos titubeantes 

en esa orilla hacia la nada. 


12-12-23

El comandante no está en su barco

 El mundo es un lugar de hermosas tragedias,

de historias situadas

en el infinito de este instante. 


Los segundos pasan sinuosos,

al son del respirar de una ballena.


El tiempo pide clemencia a este instante.

El tiempo pide clemencia a estar vivo. 


Destruir un átomo es destruir el ojo de un final,

consentir el nunca y el vacío,

es dejar de buscar un abrazo hacia delante,

contenerse en la limadura previa a la tragedia,

extender demasiado un susurro,

acceder incondicionalmente al silencio severo,

dejar que la expectación a la vida, y la tragedia,

te pase de soslayo,

como un comandante que otea el horizonte,

que ata sus zapatos y

que permite el centelleo aleatorio del cielo.


Porque el comandante no está en su barco,

está surcando un espíritu de colores y espuma.


Él está lleno de vacío, pero sin acceso a ningún dolor. 





25-8-23

Puño en mi pecho

 Dragón que viene a posar 

su puño en mi pecho.

Un chasquido gélido 

que se suele colar 

en los sueños marinos.


Existe el sí y el no,

la proa y la popa. 


El dragón levanta ingrávido su párpado,

su mirada petrifica el alma,

paraliza la luz y su corriente,

secuestra transitoriamente los anhelos.

Ese dragón se traslada

como un misterioso emisario

de un fondo 

que nunca se acaba.


Ahí el eco retumba en el infinito

llevando a cabo su glacial cortejo 

con el silencio. 


Ojo que se abre, ojo que se cierra,

puño que en mi pecho dispersa una energía

que se diluye como el agua

al romperse en una presa. 


Me da un sí y un no,

me da un sino,

un recuerdo de la subyacente tragedia

que nunca se olvida,

pero que vela 

detrás la cortina

y del tiempo que discurre por su tela. 





21-1-24

El silencio colapsa el silencio

 Monstruos furiosos 

que campan a sus anchas tras el velo del misterio. 


Unos ojos se posan nítidos y punzantes en mí,

colmillos de una tenue luz azul y un discreto claroscuro

¿Qué haces aquí? ¿Qué preguntas?


Vehemente es su voz, profunda su mirada, aséptica, 

pero ligeramente tenebrosa; trémulamente tenebrosa. 


Los graznidos salen de mi pecho como cuervos despavoridos 

que abandonan la cubierta de mi seguridad

¡Qué de erráticas sensaciones, qué de hastío, qué de vértigo, qué congoja!


El tiempo, de nuevo, se concentra 

en un chasquido.

El silencio 

colapsa al silencio. 


fecha desconocida (en 2024)




lunes, 24 de junio de 2024

Comentario de obra de teatro "Simulacro" - Compañía Buruzbera Cía

 “Simulacro” – una composición teatral de “Buruzbera Cía” realizada por tres actores en escena– plasma su representación sobre la historia de la dramaturga Sarah Kane. Aunque la creación homenajea, de algún modo, la historia de Sarah Kane. 

La obra resulta como un pegote de pintura en un cuadro impresionista, donde, a través de la conducción de la historia de Sarah Kane, cada uno de los actores impregna la creación con sus propias historias y sus pesares revelados. El resultado de la impresión global no es, para nada, un mero añadido de sus agrios y personales pesares, sino una serie de confesiones particulares transmitidas en –lo que yo viví– como una catarsis compartida y hermanada. 

 Sarah Kane no es un mero fantasma al que le dan visibilidad en escena; es una vida que se reencarna con cada anécdota personal de los implicados y que discurre en sinergia con el alma de los tres actores, en un ejercicio de maestría física y sutileza textual. 

La obra de “Simulacro” te permite danzar hacia un universo de intensos movimientos y cargadas emociones, pero que juega con el contraste –la cuarta pared se rompe a veces –súbitamente–para devolverte a lo mundano y permitirte transitar la historia, bailando en una fina línea entre el alivio y el desconcierto–. 

La obra teatral empieza con un parto y un feto recién nacido que recibe sus primeras impresiones del mundo. Desde ese momento el propio espectador nace y parte de esa misma “tábula rasa”. Ese feto nace ya oprimido por las propias expectativas desconfirmatorias y la triangulación de sus figuras de apego. 

A partir de entonces la creación te propone un baile que puede resultar caotizante, pero que refleja la propia fragmentación de un “yo” que pretende mantenerse firme y humano. Lo cual se refleja en que personajes no tengan nombre, los actores ocupan personalidades transitorias, e incluso que los actores representen distintas parcelas del “yo”. 

Y ese recién nacido (que es el espectador) no tarda en sumergirse en esas dos fuerzas en constante lucha. Por un lado, el maltrato social –el efecto del etiquetado social, el adoctrinamiento de los medios, los obstáculos para la prosperidad personal…– y también la malnutrición relacional –cuidadores que te estigmatizan, entresijos de la vinculación de apego…– y, por otro lado, un yo fragmentado que intenta sobrevivir, una cordura que a veces se desliza hacia la psicosis y hacia la normalización de la atrocidad, pero que intenta preservar el amor y el cuidado del otro, así como de uno mismo. Resistir a la tragedia. Resistir a la vida. 

La angustia es arrojada al espectador –no con la búsqueda gratuita del morbo o el dolor por el dolor– sino como una manera de “sobrevivirse”, de reconocerse humano a través de un grito desgarrador, de desvelarse y autorevelarse ante el dolor y la angustia. 

 Sea como sea, el espectador acaba bailando espiritualmente con los implicados. Y lo que al principio es caótico y ajeno, acaba implicando la propia alma fecunda del mismo. Una parte de cada uno también se sumerge en ese resquicio de miseria del mundo. 

 Los fragmentos de las historias activan parcelas de uno mismo y, paulatinamente, acaban por construir un espejo coherente en el escenario en el que es difícil no verse reflejado –y también con ello, el sufrimiento de Sarah Kane cobra vigencia en el sufrimiento de todos los presentes–. 

Cuando la obra finaliza el espectador está convulsionado, sin poder compartir y elaborar lo que acaba de ocurrir. El límite físico y psíquico de los actores permea los propios límites del espectador. 

 Aunque tras sumergirse en el simulacro el polvo empieza a asentarse, yo personalmente, lo que más me apetecía a los pocos minutos de terminar era volver a ver la obra –tal como pasa con los simulacros, éstos son un recordatorio reiterado de aquello que entra en riesgo de olvidarse–. 

Tras la estela de angustia y dolor, la obra me dejó un poso de comprensión “con mayúsculas”, de amor por el prójimo, de arropo, de admiración, y posiblemente, de lección venidera. Gracias de corazón

Compañía: 

https://www.instagram.com/buruzberacia/



9-7-24


lunes, 3 de junio de 2024

Arropada en sí misma


 









Juguetes que presumen su inocencia.

Movimientos sutiles que saltan por el pecho.

Un escenario de quietud y de esparcimiento.

 

Los monstruos se acallan y duermen plácidos,

embadurnando el cielo con el tierno sueño de un bebé.

 

Anaranjados son los horizontes

y rosácea es la neblina que los permite,

y claro es el ojo que lo observa,

y despejada es la consciencia y su sonrisa.

 

Un baile puede ser un contoneo sutil,

aunque en el pecho galopen las sensaciones

y las escenas imaginadas.

 

Hay momentos en que se escapa

(entre los optimistas dedos):

el tenue son de lo vivo;

el ritmo y el ciclo de respirar;

el amago de la consciencia

que se arropa en sí misma.

 

3-6-24