miércoles, 5 de diciembre de 2012

DIACRONISMO DEL POEMA


En el momento del poema, no se encuentra dulce asfixia,
pompas de sentidos sin diseminar, no se haya una dialéctica
relación que desmembre el pensamiento para descubrir la socabada
e injectada emoción. Ni siquiera se halla una mental y fría
correspondencia, un “qué tal” de un “hola”.
No hay elucubrantes artificios, ni simiente de quimeras,
no hay imágenes (ni en global ni en detalle).

Todo se aparcó allá donde su pretexto se germinó.
Cuando nació su razón de ser era la potencia,
una libidinosa y pasajera exhibición sin más motivo que ella misma.
Entonces, yo concebía un locuaz regalo de la ilusoria elocuencia,
producto de oníricas cáscaras de palabras, pronunciamientos
a borbotones echados en cantidad a la conciencia y sin chequeo.

Ahora, momento de la verdad, veo la vidriera tal cual es; monocromática.

Cerco toda esta intención con un poema

5/12/12

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