martes, 4 de diciembre de 2012

INVASIÓN


En la poesía está tendida toda la pena de la muerte,
ella solo descarga todas las distracciones acumuladas.
Un sentimiento en mi memoria se mantiene, no cesa
ni se elimina. Lo concibo como la base y el núcleo de
todo. 

Cuenco donde la reverberación en negativo
anula el eco del pensamiento, araña que recorta tejidos;
invirtiendo así su original función.
Color primitivo y monopolio de sinapsis,
tercera dimensión constreñida en las dos primeras.
Fuente de simbólicos eventos sin ocurrir,
fuente de vómito, aspereza, asedio, tormento y soledad.
Pareces tan arraigada, pareces tan básicas e incondicIonal,
que desmontas con una vocanada el cuento de mi vida.

Te nutres inicialmente de la interacción con terceros personajes,
y aunque esa pérdida no causa grandes desperfectos, la razón
de ser de ese resorte de escenificación se transmuta y se muda
a la burbuja germinada, valores añadidos de la creciente corriente
(me es indiferente, como una paja rápida).

Pero después te cebas con lo cercano, petrificas los rostros,
anulas los tejidos conectivos, enmudeces mi auxilio,
aceleras el envejecimiento del conjunto de esculturas,
y lo haces más veloz que el propio desgaste, con ese proceso
denotas que tu biología no es más que vida
¡Y me inquieta tanto no saber de dónde viene!.

Ahora ya lo has logrado, me tienes aislado, toda mi atención
para conmigo. ¿Es el momento de que cedas al relevo?

4/12/12

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