El pasado emana,
se desliza por la realidad
como un sueño rebelde en el día.
Ese pasado, ahora sintomatizado,
da martillazos de pico en mi sangre
electrocuta mi médula espinal
y cuestiona la sinergia de mis ojos;
simplemente me tambalea
como una cruenta guerra silenciosa.
Quien habla de pasado marchito,
quizá no entiende la máxima sistémica
de que lo muerto convive con lo vivo
si hay un único corazón en el
epicentro.
La cosa es,
que el pasado emana,
que el pasado emana,
engarza otras voces "superiores"
con sus manos petroleras,
desmiente la mentira constante.
Y durante unos segundos;
yo, que tanto me valido,
dejo de respirar.
Pero ese pasado,
que es latente,
proyecta sus sombras de miel
sobre mi curtido campo
desde su discreta fábrica
escondido en el cobertizo
¡cuánta humedad ahí abajo!.
desde su discreta fábrica
escondido en el cobertizo
¡cuánta humedad ahí abajo!.
Aunque cuando el cielo no descampa,
y me agobia el negror,
y me agobia el negror,
no hay nada que conozca mejor
que mi propia viscosidad,
es como el parto de un insecto,
y eso arropa mucho;
sobretodo por el tiempo,
se me pasa tirado en el sofá.
y eso arropa mucho;
sobretodo por el tiempo,
se me pasa tirado en el sofá.
Mi pasado
quiere superar mi imagen,
construir una versión “2.3.4.5.2beta”
de mi yo.
Solo quiere negociar conmigo,
ya sabes, sentirse aprobado, como yo de pequeño
(es que ahora soy hipster y requiero mucho consumo).
ya sabes, sentirse aprobado, como yo de pequeño
(es que ahora soy hipster y requiero mucho consumo).
Pero si la vida es un juego,
y más allá de fútiles combates,
todo es un todo;
quizá no valga tanto drama
constreñirme por llantos, o buscar
arropo desesperado,
ni tan siquiera aplomarme,
o arrancarme los órganos periféricos
(hay una oreja que me sobra), o anhelar
la capa de superhéroe con la que algún
día
creí que podía lanzarme por la
ventana.
Tras unos segundos de temblor,
al final,
lo mejor es la gracia que se queda.
lo mejor es la gracia que se queda.
19-4-14
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