lunes, 28 de abril de 2014

Pensar el amor

Esta noche, de nuevo, soñé que te perseguía.
Y de nuevo, soñe que no te alcanzaba.

Me desperté con resaca,
la desconocida dormía a mi lado
y ocupaba casi todo el colchón.
Busqué la libreta, una página al azar,
y un bolígrafo sin gastar del escritorio.

Lo que no quería era escribir
un poema romántico.
No es que no aprecie el amor,
o pensar el amor,
es que así ya no se lleva.

Hoy día se lleva lo de renunciar.
Cada generación renuncia a la anterior
y los estratos pierden el sustrato común
de la memoria.
Hoy la cultura es global,
también líquida.
Y si no se abstraen los vínculos
entonces se conservan por skype o whatssap.

Renuncio a este amor,
impropio de este tiempo,
donde imaginar sale tan poco rentable.

No quería que el poema fuera romántico,
aunque hay algo de nostalgia en todo esto.

Todavía me peleo con mis recuerdos.
Quizá deba pensar mi amor
y entonces sus huellas
se vayan con barro de lluvia.
Eso, o aceptar
que ella nunca me quiso.

28-4-14

1 comentario:

  1. Yo creo que ella siempre te quiso y te quiere, eso es indiscutible. En la renuncia hay mucho aprendizaje también, y en la resaca. El romanticismo no es supervivencia, por tanto, inviable en una sociedad que busca el placer inmediato y superar al otro para ser más visto y más querido. La carencia del amor es lo que nos hace pensar en la imposibilidad de amar. La incoherencia está servida.

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