Las
palabras me arrastran
-canciones antes de dormir-
a un mundo de
sentidos,
de anómicas pero precisas intuiciones,
de misterio,
donde campos semánticos
bailan
como fantasmas.
Todo vacila en ese instante,
desde la gramática que compone
la frase enunciada, hasta el sonido
asociado a cada letra.
Y en ese dilatado procesamiento del lenguaje,
mi alma se encuentra,
gracias precisamente
a esa imprecisión.
16 de Diciembre de 2013
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