viernes, 27 de junio de 2025

¿La fuente?

 

¿Las voces vienen de algún lugar?

Quizás es interesante que nos planteemos el concepto de la fuente.


27-6-25

¿ESENCIA HUMANA? IRRISORIO AL PODER

 

Se cree el poder que puede controlar la materia

Y así llegaron las bombas atómicas, la IA y los derechos laborales.

No voy a romantizar la esencia humana, al fin y al cambio la energía es energía y la vida consiste en retener energía.

Nos podemos esforzar en proteger nuestra pureza. Yo por ejemplo no le dije al ChatGPT que corrigiera este texto. Lo quería impoluto, imperfectamente auténtico, como la croqueta de una abuela, como el anillo en la nariz de un indígena, como la Quinoa antes de ser prostituida por el mercado.

Las grandes palabras pueden resultar bonitas y grandilocuentes: Esencia. amor. democracia. auténtico. YO. TÚ. soledad. esperanza…

Pero cuando el poder trepa va a más revoluciones que el todo. 

Lo que prima en la evolución es la aceleración. Ganar la carrera.

Y casi todos estamos en esas.

El sentido de la vida de la mayoría de la gente no se basa en prosperar, sino en no perder.

Se llama competición. El poder lo sabe.

Es la lógica de la supervivencia que prima (de primate) en el dios de cada uno y en el tejido que tejen las élites.

Elitismo. Otra palabra prostituida. Debería pertenecer a los sabios, a las cúspide de los que dirigen. En aquellos en los que deberíamos confiar en un sistema en equilibrio... Pero su dominio (ay)... su aprovechamiento, su condenación al débil, su regimiento, hace que la palabra elitismo sea una palabra mala, aunque suene de puta madre. Si estuviéramos bien sonaría bien. ¡Elitismo! Si hubiera salud social sonaría bien. Igual que esencia, igual que amor, igual que democracia, igual que auténtico, igual que tú, que yo, que soledad, que esperanza. Igual que selfie, que concubinato, que pareja, que regalo, que familia.

Tú notas en los conceptos el desajuste del mundo. Porque cuando los conceptos enturbian la esencia de lo que somos algo nos avisa de que los que van primero van a acabar ganando. 

Y los que ganan estirpan.

Pero es la rueda de la vida. Y este momento es solo un fotograma en una cinta cinematográfica infinita. De infinitas sucesiones, de infinitos finales prometidos.

No hay más esencia que el instante que se escapa entre el antes y el después.  


27-6-25

La verdad no fiable

 

¿Pueden las promesas con uno mismo nacer de una fuente auténticamente espiritual? ¿Pueden las promesas ayudarte a crecer y amar?

¿O suelen las promesas más bien nacer del dolor? ¿De la corrección del dolor?

Uno busca ser auténtico.

Pero esto es solo un concepto que vaga en el intelecto, una molécula lanzada entre la materia y la nada.

Las promesas deben nacer de la verdad.

Y la verdad es aquello que sigue existiendo aunque deje de mirarse y mencionarse.

Las promesas que a mí me convienen solo se las debo a la verdad.

Y la verdad puede abrazarse naturalmente, o pueden arroparse con ayuda de otros, o pueden negarse, o pueden trasformarse en el opuesto, no hay nada peor que una verdad invertida. Que no es una mentira, sino una afirmación muy parecida a la verdad, que no es verdad. Se solía decir que el diablo se parece más a dios que el mismo dios.

Ese diablo: es ostentoso, presume de virtud, o se calla cuando hay que hacerlo y es indistinguible si hay dolor en tu mirada.

El dolor te aleja de la verdad.

Pero no el dolor en sentido amplio. El dolor restaura, es el caos que da forma al orden, es el llanto de un bebé que da lugar al reclamo de la atención de un padre o una madre. La mayor parte del dolor te cura.

Me refiero al dolor que permanece, que de tan presente se hizo inapreciable, sibilino, constante, magullante y distraído; como una fibromialgia, como un dolor de estómago, como una jaqueca que tú sabes que se debe a algo que te tormenta. 

Me refiero al dolor que no quieres mirar. 

Ese dolor te aleja de la verdad.

El dolor perenne (a veces escondido) no mira la verdad. Te hace mirar a otro lado. Quizá su opuesto camuflado o su cercano amigable.

Ese dolor se camufla a si mismo y te camufla a ti

Cuidado con las promesas

Cuidado con las promesas en nombre de la verdad

Cuidado con el dolor que sustenta la verdad.


(Quizá los arropos nocturnos no deberían sustituir los descuidos durante el día)


27-6-25

Las conductas destructivas

Esto no es una poesía de Gloria Fuertes, ni una agrupación de mensajes infantiles que te consuelen (si es que yo pudiera tener tal potestad).

Prevengo que mi retórica, mi rítmica, mi prosodia y mi musicalidad (a veces masticada) y posiblemente mi pedantería resultarán erráticas porque errática es la inspiración. Porque errática es la energía de donde nace el orden y el compromiso verdadero.

Pedónenme. Vuelvo a repetir. Errática es la energía de donde nace el orden y el compromiso verdadero. El orden que nace del caos. Claro. En su origen el orden nace del caos. Pero eso no quiere decir que tengas que hacer apología del caos, que niegues tu derecho a identificarte con algo

Eso no quiere decir que prohíbas un YO NECESITO, YO SOY, YO PUEDO!. El orden nace del caos pero no por obsesionarte por proteger el caos vas a llegar al orden. No por faltarte azafrán a la paella te va a quedar sosa!

Despierta; ¡Esa alma que entrega su esencia a la individualidad, a la exhibición!

¡Y ahora parezco un cura previniendo del pecado!

Esa figura tan escuchada en antaño. O un clérigo. O un subnormal. Yo tampoco sé muy bien donde situarme en esta declamación pedante.

Pero sí se lo que es la destrucción (sin ánimos de censurarla, se destruye lo que tiene que destruirse, honestamente)

La conducta destructiva, verás...… vuelve este cura arropador de la estética. El moralista que peca debajo de la túnica. Que lleva a la tangente su sexualidad. El represor que vemos como restrictivo, como el malo. Como el enemigo que inhibe todos nuestras impulsos y nuestro instinto.

El cura no tiene la culpa. El caos no tiene la culpa. El cura solo ostenta y protege la moral. La moral es mala cuando no duda. El caos es malo cuando tras un tiempo sin construir tampoco duda.

El orden que nace del caos puede ser revertido. 

    El empuje del caos se beneficia del orden. ¡También! 

        Y la disciplina bebe de la creatividad 

            y la creatividad disfruta con la disciplina.

El título de esto es: “conductas destructivas”

Y en eso estoy.

En muchos hombres: las conductas “mal llamadas destructivas” garantizan que puedas esfumarte cuando te plazca, garantizan que haya libertad, que no estés preso, que no haya el más mínimo atisbo de opresión. Y ya de paso pones a prueba los cimientos.

....

La parte bonita:

Puedes tener una mujer que apuesta por ti, te cuida, que muestra flexibilidad, que ambos habéis visto las partes respectivas más oscuras, y habéis convergido para (aun en la atrocidad) hacer por buscar el abrazo. Parecía un bucle infinito de horror, pero no lo era. Era amor de él por ella y de ella por él, era amor propio si puede resumirse. ¡En resumidas cuentas era amor propio! Pero la conducta destructiva te da garantías de que puedes irte, de que aun hay esa proclamada libertad, de que no estás preso. ¡Antes de que me echen yo dimito! Yo dimito de esta miseria asfixiante, por supuesto. Así se ve cuando estás mal. Cuando te estás precipitando al aprendizaje. Que puede ser mandar a la mierda a esa persona (o drogarte en el nicho de tu amor hasta las trancas, o agredir la suavidad que te acaricia), puedes hacer eso o seguir con ella si muestra una belleza suficiente en el puente para permanecer. Porque lo que te hace mantenerte es la belleza en el puente (suficientemente sólido como para soportar tus desaires. Existe tal puente?). 

Y dejarla o quedarte. 

    Ambas opciones son orden. 

        Y el caos llegará haciendo que repitas el mismo atrocinio hasta que aceptes al cura, hasta que el cura abrace la destrución, hasta que el caos bese al orden.

Es complicado. Es complicado tomar consciencia más allá de discursos. Que no juegue a los videojuegos, que no sea celoso, que consienta una relación abierta, que sea alto, que hable con confianza a otros hombres, que me escuche cuando le hablo de política, que no se queje de mis pedos. Etc. 

Es complicado cuando absorbes mensajes individualistas (y  cada vez más personalizados) que te dicen lo mucho que tú vales, lo mucho que tú mereces, como ente especial y elegido, hijo de su madre!. 

Se te olvida que tu portas energía porque eres parte del todo! Sal del ensimismamiento! ¡Sal de ti! Mensajes que también te dicen que depongas el sentido del sacrificio en el suelo, en el fango. Que no merece la pena sufrir por nadie. Psicólogos a mansalva enalteciéndote para que les pagues; que te dicen lo que tú vales, lo que tú mereces….que te ensalzan tanto la dignidad que acabas confundiéndola con orgullo

    La confundimos genéricamente con orgullo. 

        Y hablo en primera personal del plural porque le damos ahínco al ego! Que bien se defiende, y qué buenas y finas estrategias tiene para proclamarse. Y sí, yo soy psicólogo, psicólogo que critica a otros psicólogos. Aquí estamos rizando el rizo y cagándonos en todo.

Ese ego no puede ser de otro modo y no se le puede pedir otra cosa, tampoco se le puede pedir otra cosa al caos, ni al cura, ni a el político que te cae mal, ni a perico el de los palotes, ni a tu puta madre.

Todo está donde tiene que estar si lo miras (ajustando el iris) ni demasiado lejos ni demasiado cerca. Solo en el punto donde el juicio no entra en la vaguedad ni se anticipa, justo ahí, uno se da cuenta que está todo donde tiene que estar. 

Porque no puede estar en otro lugar.




(pilotaje del 27-6-25)

jueves, 29 de mayo de 2025

No te queda más remedio que ir

 La hiperactividad nerviosa

genera un trance sin diálogo.


Se trata de pequeñas muecas que vibran entre las neuronas.


Sé que hay dolor, sé que hay martirio, oscuridad…duda

y todo eso se convierte en una caricatura poliédrica.


Un payaso de muchas formas.                 Un terror silente.

Un llanto extinguido en la letanía de un horizonte.

Una mirada inocua,                 presente,

sin palabras ni narrativa,

sin justificación, subtexto o misión:

¡Solo él está!: La mirada y su ojo perenne.


Ese trance sórdido de disociarte de la historia,

de las implicaciones con el aquí y ahora,

de permitirte otro lugar donde no te queda más remedio que ir:

            dadas las incoherencias evidentes de esta realidad,

            dadas las refinadas pesquisas de la materia y sus imposiciones.


La espiritualidad de lo infinito es el motor de la esencia (o algo así).

Pero, 

una espiritualidad sostenida en lo infinito,

constituye una dilución difícilmente utilizable

-el yo se destruye-.

...

Por escapar, puedes escapar de toda la jerarquía de Maslow.

Por ser, puedes sumergirte en la oscuridad óntica 

(más allá de si misma, donde se desvelan las máscaras) 

para encontrarte con Nietzsche 

y hacerte una paja muy sentida con él. 


¿A qué estoy jugando querido espíritu santo?  ¿A qué espiral fractal estoy sometido?


¿Qué rito inevitable que va constantemente en contra de la promesa es éste?


Vuelta a la estética (el payaso cerrando la puerta):

Un pasillo, una pared marrón, 

una mirada lasciva,             un destemplado juego de barbarie,

una pausa para procesar lo complejo,

un diente dolido,             un sueño inacabado y atrapado en si mismo,

una voz…..que vela y desvela.

                                                                                                                                29-5-25




miércoles, 14 de mayo de 2025

Escenarios


Eso de vivir consiste en transitar una sucesión de escenarios.
Una variedad total de escenarios.
Se incluyen noches inestables, donde uno se balancea entre la travesura y la torpeza.
Hasta días de supuesto cuidado, donde se procura preservar los tejidos y hacer un acto de fe en la longevidad, con la esperanza de que las dudas inmanentes se despejen.
También pueden surgir días en los que uno intenta tirar del bagaje 
para proyectar narrativas variopintas en sucesos irrisorios, con tal de simpatizar con el instante.
O también se puede proponer un juego: el de inventar una vida, una pose, 
una identidad que despeje, en un ligero amago, 
esas piedras que de repente me veo obligado a soportar.

5-5-25

sábado, 4 de enero de 2025

La sabiduría (amor) del todo

 Si dieras pausa al aplomo y el tesón,

si pararas y entregaras la quietud

(la falta de objetivo)

en un momento prolongado casi hasta lo atemporal...

...allá donde se fraguan las ideas más completas,

allí donde las manos suaves y sinuosas dan forma a la arcilla;

esa arcilla que deja de ser una parte elemental del todo,

que la prisa y el arrojo te hace defender con arrogante extenuación.

Esa arcilla se expande, más allá del blanco y el negro,

más allá de los juicios impetuosos,

de las defensas ordinarias ante lo distinto,

Esa arcilla se expande para abrazar el todo,

y cuanto más se expande menos sólido se vuelve su núcleo,

menos obsesión soportas por abrazar las verdades,

y más consiente la incertidumbre. 

La sabiduría es abrazarlo todo

sin buscar respuestas,

solo disponiendo un dulce ánimo

para que éstas emanen naturales;

como las ranas que abren sus ojos de súbito

para contemplar el húmedo bosque y el misterio de la luna. 

Sumérgete ahí.

Y no digas nada,

salvo lo que ya esté dicho antes de que la palabra 

sea formulada en tu mente. 

Y ahora acoge el pecho,

abraza la esencia indecible.

Acoge el espejismo de la linealidad del tiempo,

naturaliza el fin tanto como los comienzos,

contempla el ciclo natural de todo cuanto existe

"hola"       "adios"

Puede que una cubierta te arrope y te calme,

pero no viene del exterior, no viene de ningún lado,

una película de que hay una verdad más allá de lo que ves,

piensas o escuchas. Esa película ofrece candor y una serenidad infinita.

Si se cultiva, y toma presencia, puede que atempere los estertores periféricos,

tal como un tierno fuego puede aclimatarte y evaporar la escharcha.

Puede que esos problemas tan irrenunciables, categóricos y obsesivos

acaben por desdibujarse, o redibujarse, o dibujar una sonrisa sutil

detrás de la inexpresión de la melancolía,

puede que las soluciones emanen tal como el sueño de la noche, el que es esperado y merecido. 

Todo es todo. No se deja ni un resquicio. No hay ni una pieza que merezca discriminación, que no requiera contemplación. Incluso el odio puede acogerse con compasión. 

Ese vapor cultivado que nace en un lugar, pero en ningún lugar, 

que muere y se extingue, pero nunca deja de estar presente.

                                                                                                                                   4-1-25

                                                                                                                                 (sin revisión)