En
la curva de tus pasos
vacilo
como un niño
y
me atrapo sin querer
de
tus imanes, tus hilos,
que
humildemente alimentan
la
inconstancia de los mitos,
despiertan
sueños diurnos
y
fabrican nuevos ritos.
En
tu devenir afloran
las
presas y los castigos,
las
enfermas apetencias
y
los focos malnutridos.
No
diré que hay un culpable
si
el andar es solo mío
y
mías son las tendencias
que
embadurnan el mal brío.
Tampoco
allanaré
tus artificios, los sinos,
que
descolman asideros
y
desmantelan mis ripios.
17-2-14
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