y aplazado el viaje.
Vuelta al lugar
de viejos calores.
Calores escondidos
que patinan
en la noche,
que difunden
rostros conocidos,
que diluyen venas
en la belleza.
Vuelta al tiempo
descontemplado,
a la llaga escondida
de la nostalgia.
Brote de fuentes,
escandalosa cascada
de cunas que nunca
se exploraron.
Claridad sin ataduras,
básico entusiasmo y
célebre ser de nada.
Calor, calor errático
que adviene de la milagrosa
coyuntura encontrada,
en el espeso
pantano.
Calor, calor por tu tristeza
ignorada, y las tácitas manchas
que dejaron tu ausencia.
Manchas que renacen.
Vuelta a la vida,
al básico resurgir
de los gestos.
Vuelta a ti,
nube blanca y esparcida,
que desgravita mi pena
y desata en tu abrazo
la maniatada resistencia
de mi pulso.
Vuelta a la imperenne
influencia de tu luz,
que hasta ahora segó,
la carcoma de mi tierra.
Vuelta a tu llanto
y tu risa,
a tu agonía
y tu inmensa esencia,
Vuelta a tu cura,
y mi plenitud.
No puedo dejar de imaginar las bombas
de nuestro imperfecto reencuentro.
(Dedicado a mi prima Cristina)
18-2-14
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