lunes, 15 de noviembre de 2010

MI CAMINO (11-09-09)

Al final decidimos avanzar en una dirección. Nuestras características inherentes viajan en ese camino, cogidas de la mano, mirando el entorno que las rodea, moldeándose en su coordinación, para ponderar en nuestra máscara la más exacta de las impresiones.

Policromático ser expresivo en medio de la selva, opacos ojos, sometido del resurgimiento continuo, del avance, de la marea progresiva. Las algas viajan cogidas unas a otras, los ladrillos se derruyen enlazados por sus lágrimas, por su espírito colectivo, el que todos poseemos sobre nosotros mismos. Amamos, agarramos con pasión, una mano se nos suelta, luego le toca a la otra, los labios, secos de tanta saliva, no tienen más que separarse y hasta la más posible extensión de su cuello, no deciden resignarse, y admitir, que cambiamos cogidos, no podemos romper dogmas, porque nuestra biología nos provee para prevenir las incompatibilidades, y más allá de nuestras utopías, está la necesidad de que nuestro conjunto, tenga cierta previsibilidad, y no con ello, estamos satisfechos de nuestro porvenir más instintivo. A veces, desearíamos no tener que abandonar, no polarizarnos, y sufrimos, en la indecisión, en el vértice incisivo de dos caminos. Arrastramos fotos, cartas, y recibos, arrastramos las maletas, guardamos nuestro pelo caído, perpetuamos lo borrado, bajo la nostalgia. Y a veces, arrebatados contra nuestra dirección, gritamos y golpeamos los cristales de las antiguas salas superadas, mientras operarios retiran los objetos olvidados, y cierran la instancia irrecuperable, por la que hemos circulado y ha posado en nosotros, designios y restos, patentes en la más insustancial de nuestras colateralidades. Aquello que transpasa el foco de lo relevante, de lo que más significancia ha tenido, es utilizado, en una ruta más periférica, siempre, por muy útil que sea ese resorte secundario, con melancolía, con nostalgia, y nuestros miedos, cierran nuestras potencias, como cobardes tumores, como lágrimas secas. La música se escapa, algunas voces, algunos estilos despedidos de nosotros, y siempre, consumando nuestra más importante ejecución, apropiándonos de lo que más queremos, siempre aguarda detrás, en la duda, el resquicio de el arrepentimiento, la envoltura de lo guardado, lo plastificado. Parece que hemos perdido capacidad, parece que nos hemos derruido, por sentir, que hemos dejado atrás una oportunidad, que la hemos descartado, que hemos elegido el continuo devenir, que no sucumbimos, en profundizar plenamente, que anhelamos lo nuevo, sólo lo nuevo. Y como ciegos en su presente, vagamos, encontrándonos con imágenes de nosotros, en una alternativa, y seguimos avanzando, mirando inquietos, a los lados, buscándonos a nosotros mismos, entre cipreses, el tiempo se agota, y seguimos buscando. A veces nos detenemos, intentamos patear lo que poseemos, sabemos que no va a ser eterno, que eso de forma continua y perpetuada nos hará daño, pero lo mantenemos, y con ello, perdemos las ganas de seguir buscando, de explotar lo más profundo de nosotros mismos. Nos agarra, la duda, la pena, el miedo, la inseguridad. Humor, poesía, ciencia, música, luz.......piérdete como las luces de las vegas, los esquemas que os aman, luchan entre sí, como un huevo que quiere seguir creciendo y se resquebraja. Me invade la necesidad de nacer, de descubrir mi mundo, la potencia, la ilusión de la adolescencia me abandona. La madurez....¿es esto la madurez?, la tristeza que te hace, concebir el tiempo, como algo que cotejamos, que planeamos, con lo que jugamos, y no el medio que te arrastra, que te alumbra, que te hace ver por donde podrás seguir. Miedo por estabilidazarse, miedo por seguir el curso del devenir. Sólo quiero vomitar todo lo que quiero expresar, pero se retiene, porque mi integración de todo, hace que no coseche estilo, porque lo quiero todo, lo quiero todo, y no tengo más miedo, que a la pérdida, y rodeo de fotos y papeles mis paredes, y el insomnio no me deja dormirme por sucumbir en la inconsciencia del tránsito.

Palabras crispadas, complejos de la expresión,

hermético núcleo, incomunicada necesidad.

11-09-09

FRAN ANDREU


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